MEMPEC

únete

miércoles, 31 de agosto de 2011

Overflow: Indigestión de cerezas o Mi post preñado.

O lo que es lo mismo, exceso de información, de situaciones que me conciernen, me tocan y me mojan. Pero estoy con el overflow, que viene a ser como una regla, pero para adentro. Desbordada y -me encanta esta palabra- patidifusa.

Suponiendo que la fuga en la central de Fuku... es curiosa la asociación que ha hecho mi cerebro entre Fukushima y Fukuyama; gugléen Vds. y verán a qué me refiero. Les prometo que aprenderé a producir textos lincables, pero no será hoy (si lincar les suena mal, no quieran saber como ha quedado Qatar... limpiafijaydaesplendor)
Bueno, pues suponiendo que no acabemos desarrollando branquias, plutonio nipón mediante, nos ronda  inexorable la supuesta fecha del fin del mundo...

Estoy por advertirles que tengo los niveles de divagación disparados, pero es que llevo desde finales del año pasado en un estado que no sabría cómo calificar:

Alguien me puso un ácido en la cena de navidad, ¿a que sí? y llevo sumida en el estupor (en el sentido de "falta de respuesta adecuada") desde entonces, porque cada cosa que ocurre me sugiere unas diez ideas que normalmente explotan en el aire nada más nacer, pero que, si tiro de ellas, acarrean otras tantas enganchadas, como cerezas de un cesto.

Ahora, por ejemplo,  me acuerdo del "duelo a sufrimiento" del Pirata Roberts y el tío aquel de los seis dedos, por el desconcierto que ese Westley (un poco blandito para mi gusto, porque Errol sólo hubo uno y a ti te encontré en la calle) supo causar.

Sin ánimo de desconcierto, pero sin que venga a cuento -conste que ya les previne- voy a colar aquí una carta de repudio.  Y no vayan a pensar que tenga mi pequeño desahogo epistolar nada que ver con el despecho, que una ya tiene la pasantía y, por lo mismo, pasa.

Comencipiemos ( that's Panocho, my friend) mi carta con un titulito más bien connotativo:

Al Conde Orlok.


Némesis de mi sangre:

  Eres un infraser abyecto y fraudulento, supongo que en el fondo lo sabes, aunque pareces empeñado en que, si representas un papel lo suficientemente huraño, la gente confundirá el misterio con la estulticia. Y en eso andas.
Con tu pequeña cultura pop de frasecitas de calendario, tu máxima cualidad bien pudiera ser la de la respuesta rápida y mordaz, que no radica en tu inteligencia, como tú crees, sino en tu total ausencia de empatía.
No es que seas vago, es que eres incapaz, y te las apañas para despertar las más terribles zozobras en la gente a tu alrededor, porque eres de ese tipo de garrapatas que se creen que miden tres metros por haberse enganchado en el cuello de un alce.

  No vales nada. 


  Eres desleal, eres soberbio, eres desdeñoso... una piltrafa humana, un wannabe eterno que se sabe impotente para la creación. Eres un bululú que, dado lo limitado de tu repertorio y el afán de protagonismo que te consume, no tiene más remedio que buscar cada cierto tiempo alguien nuevo ante quien desplegar su pobre cola de pavo real de lúrex.

  Mediocre miserable que no sabe lo que es la amistad ni, mucho menos, el amor. Que se nutre de la sangre y el calor de la gente que por curiosidad, lástima o inconsciencia permite que te acerques demasiado; Un día no muy lejano caerás al suelo y te tragará la nieve sin que tu huesped del momento llegue ni a enterarse. Ese día, sólo se habrá perdido un ejemplar de Selecciones del Reader's Digest con delirios de Encyclopédie. Et j'irai cracher sur ta tombe.





No me tengan en cuenta el desliz pulp de poner la carta en Courier diminuta, sean tan amables. Es que cuando una persona te fermenta en el entrecejo suele producir este tipo de escapes, y lo mínimo es ponerse la mano delante, con el meñique bien estirado, que siempre queda mono y le quita rudeza.  A no ser que te llames Zeus y en lugar de Optalidón utilices un martillo de herrero, que entonces, la cosa cambia, y lo mismo te sale una Palas Atenea.

Pero de mí no esperen tanto. Si acaso, un nuevo berrido de la diosa tonante.

 Prometo escribir a vuelta de correo
.