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domingo, 5 de marzo de 2017

No somos "la mujer", somos las mujeres.

El año pasado escribí esto para el 8 de Marzo en Locas del Coño.
Como mi primer post allí fue un préstamo de este blog, me parece muy simétrico traerme uno de la que hice allí.


8 de marzo. Nuestro día. De todas.
De las Locas del Coño también.
Y, sin embargo, es curioso que el día de 3.750.000.000 mujeres, por decir una cifra redonda, se llame oficialmente en español peninsular “Día Internacional de la Mujer”. Así, en singular: LA MUJER. Como un universal poético y ubícuo . Como si la vida de de una mujer se mantuviese uniforme a través del tiempo, o como si fuese lo mismo nacer en Helsinki, en Tombouctou o en Villafranca del Bierzo. Con cualquier color de piel. Con dinero o sin él. Con una escuela a dos calles de tu casa. Con una casa o sin… Pues eso, un universal poético, y los universales poéticos son muy románticos, pero poco prácticos.
Y aún hay quien sigue empeñándose en llamar a este día “de la Mujer Trabajadora”. Más equívocos. Porque si buscas en el DLE, para empezar, la palabra “trabajadora” no tiene entrada, salvo ese “ra” detrás de “trabajador”, que ya se sabe que para Arturito y sus amigos, lo femenino es un morfema añadido a los términos masculinos, medida y patrón del universo. Aunque desde luego, una trabajadora no es lo mismo que un trabajador (¿alguien ha dicho brecha salarial del 32%?), vamos a hacer como que sí, venga, que trabajadora es lo mismo que trabajador.
Tres acepciones:
1. adj. Que trabaja.
2. adj. Muy aplicado al trabajo.
3. m. y f. Persona que tiene un trabajo retribuido.
Ya la tenemos liada. ¿Día de la Mujer que trabaja, de la Mujer muy aplicada al trabajo o de la Mujer que tiene un trabajo retribuido? Con una tasa de paro femenino del 22’5 en España, casi que si dejamos el singular, no pasa nada. Pero en lo tocante al trabajo reproductivo, la cosa cambia, nenas, ¡plena ocupación! No conozco a una sola mujer libre del trabajo reproductivo.
Os voy a contar unas cuantas cosas curiosas sobre el origen del 8 de Marzo y su nombre. Porque la realidad, la leyenda y la conveniencia política de cada momento han ido cambiando el cuento.
El Día Internacional de las Mujeres vuelve cada 8 de marzo para recordar tanto las conquistas sociales, políticas y económicas de las mujeres como las discriminaciones y violencias de las que seguimos siendo objeto.
Sin embargo, no siempre se celebró en esta fecha ni se llamó igual.
Agosto de 1907. Se celebra la II Internacional Socialista en Stuttgart. Entre las asistentes, Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin, (que siii, que Lenin tambieeen) y se aprueba una resolución que conmina a los partidos socialistas a “luchar enérgicamente por el sufragio femenino universal”. Eso sí “sin aliarse con las feministas burguesas”, no vayamos a confundir el culo con las témporas. Y les sale la primera Loca del Coño:
Corinne Brown, una socialista estadounidense que en 1908, escribe en la revista The Socialist Woman:
“El Congreso no tiene ninguna autoridad para dictar a las mujeres socialistas cómo ni con quién trabajar por su propia liberación“.
El 3 de mayo, Corinne aprovecha que le toca presidir la conferencia socialista dominical de Chicago, supliendo la ausencia del orador principal (ejem, ejem), y aquello acaba convirtiéndose en el Woman’s Day, porque lo dedican a hablar sobre los problemas de las obreras; sus bajos salarios, sus interminables jornadas, sus horarios, las discriminaciones por razón de sexo (era 1908, chatas, el género ni se soñaba) y el derecho al voto femenino.
EL NOMBRE
Entre aquella jornada y la resolución de la II Internacional, a finales de año, el Partido Socialista Americano recomendó a todas sus secciones locales “reservar el último domingo de febrero para celebrar una manifestación a favor del voto femenino”. Así se celebró el primer Día Nacional de la Mujer, un 23 de febrero de 1909.
En 1910, y como colofón a tres meses y tres semanas de huelga de camiseras en Nueva York (veinte mil mujeres en huelga!), tres mil de ellas celebran el National Woman’s Day en el Carnegie Hall, uniendo así las reivindicaciones sindicales femeninas y el sufragismo.
LA FECHA
Unos meses después, las delegadas socialistas americanas proponen en la II Conferencia de Mujeres Socialistas, en Copenhague, que se instituya una jornada conjunta de reivindicación de los derechos de las mujeres. Clara Zetkin, proclama la institución, en lo sucesivo, de un Día Internacional de la Mujer, que las americanas. a su bola, seguirán celebrando el último domingo de febrero, mientras que en Europa, las mujeres alemanas, austriacas, suizas y danesas lo celebrarán el 19 de marzo porque en 1848 el Rey de Prusia, de resultas de la revolución, prometió al pueblo, entre otras cosas, el reconocimiento del derecho al voto femenino (que luego ya, tal). Las francesas, por su parte, lo celebran un día antes para hacerlo coincidir con el aniversario de la Comuna de París. En Suecia, se esperan al 1º de mayo para que coincida con la Fiesta del Trabajo…
Y así continúa durante los tres años siguientes: en unos países se sigue celebrando, en otros no se repite, en algunos se celebra por vez primera…
Tranquilas, que no pienso seguir año a año hasta 2016. Y es que en 1914 empezó la I Guerra Mundial, y claro, se acabó lo que se daba, peeeero…
8 DE MARZO
1917, San Petesburgo (23 de febrero del calendario juliano que regía en la Rusia Imperial) Las mujeres , hasta el mismísimo coño de tener que sacar solas a sus familias adelante porque el Zar se había llevado a todos los hombres a la guerra, muertas de hambre, salen a la calle pidiendo pan y el fin de la guerra, y son secundadas por las obreras de las hilaturas peterburguesas. El Zar les manda a los cosacos a reprimirlas, pero los cosacos se ponen de su parte y cuando los hombres que quedaban trabajando en una fábrica de armamento (La famosa factoría Putilov, nombre sugerente donde los haya) y que estaban en huelga y ya habían sido duramente reprimidos por los cosacos, ven que no las hacen lonchitas con sus sables, salen también a la calle.
Total, que la famosa Revolución de Febrero, que se considera el principio de la Revolución Rusa que acabó con la creación de la URSS, también fue cosa de unas Locas del Coño que se echaron a la calle y asaltaron los almacenes de comestibles con las manos desnudas.
¿Veis porqué hoy es el día de las Locas del Coño?
En 1921, las mujeres comunistas, en particular, Alexandra Kollontai, igual que las socialistas habían hecho cada cual en su país, proponen hacer coincidir el Día Internacional de la Mujer con una fecha significativa para ellas: el aniversario del comienzo de la Revolución de Febrero (Febrero Juliano, recordad) y le cambian el nombre por el de “Día Internacional de la Obrera”. Ya tenemos la fecha fijada.
Pasa el tiempo, y el rojo pasa de moda. Porque ya se sabe quién ganó la Segunda Guerra Mundial, y después se crearon los dos grandes bloques y la Guerra Fría y al final, resulta que parecía que el pueblo ruso, que luchó contra el fascismo con denuedo, lo único que había hecho era comer blinis y beber vodka mientras los buenos de la película liberaban Europa ellos solitos, eso sí, dejándose por descuido una península al sur de los Pirineos.
Total, que los primos de América no querían echar en el olvido que el origen del Woman’s Day radicaba en USA, pero lo de que fuese una cosa socialista, en esos momentos ya no les venía tan bien, así que empiezan a hacer circular una historia de un centenar de obreras muertas en el incendio de una fábrica llamada Cotton de Nueva York, en 1908 (el Woman’s Day de Chicago, ¿recordáis?) y que se confundía en el imaginario colectivo con el hecho histórico de un incendio que se cobró la vida de 147 trabajadoras (la mayoría inmigrantes) en la fábrica Triangle de la misma ciudad, el 25 de marzo de 1911 (1911. Primer año en el que el Woman’s Day, Frauen Tag, Journée de la Femme, se celebra a ambos lados del Atlántico).
Así que el rojo pasó de moda. Excepto en España, que el Día Internacional de la Mujer se había podido celebrar un solo año, en 1936, porque entre la dictadura de Primo de Rivera y el golpe de estado que provocó la Guerra Civil, no nos dio para más hasta que en 1975 nos dio una tromboflebitis y… ¡Qué casualidad, locas mías! 1975 había sido declarado por la ONU “Año Internacional de las Mujeres”. Así, en plural. Y ya venidos arriba, declararon la década que iba de 1975 a 1985 “Decenio de las Naciones Unidas por los Derechos de las Mujeres y la Paz Internacional”. Y en 1977, se declara oficialmente el 8 de Marzo, previamente lavado el rojo, como “Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional” (Un día para nosotras solas era mucho, ¿eh, señores de la ONU?)
Pero recordemos que en España, ese año, se legalizaron todos los partidos políticos excepto el PCE y ni siquiera se habían celebrado las primeras elecciones democráticas, así que en el hervidero político y sindical de la época, triunfa lo de “la mujer trabajadora”, porque teníamos el rojo tan prohibido que hasta se decía encarnado en su lugar… y teniendo en cuenta de donde veníamos, bastante había con visibilizarnos, como fuese.
Acabó la década por los derechos de las mujeres. Hace treinta años que acabó. Y el 8 de marzo, International Women’s Day (a secas, porque la paz, desde el 1982 tiene su día internacional propio, como debe ser, que es el 21 de septiembre) ha seguido destiñendo del rojo al rosa, aprovechado por los comercios para todo tipo de actos y promociones, como si fuera una especie de Día de la Madre extensible a las que no somos madres y Día de los Enamorados extensible a las que no estamos enamoradas.
Y se nos regalan flores, y bombones, y hasta se organizan recitales de poesía y bel canto, donde se habla de LA MUJER, ese universal poético, que tiende además a ser joven, delgada, guapa, de pálida piel y cabellos de oro. Y móbile, cual piuma al vento, y ya sabemos como acaba eso. Quitándonos la palabra y el derecho a decidir, porque calladitas y lánguidas estamos más guapas.
Pero las mujeres somos diversas, queridos machirulos, cursis aguerridos que en el mundo sois. De todas las edades, de todos los colores, de todos los tamaños, con todos los cuerpos. Hay mujeres con pene y mujeres con coño, mujeres con dos tetas, con una, con tres, con ninguna. Mujeres con criaturas y sin ellas, con pareja y sin ella, con estudios y sin ellos.
El lema de 2016 para el Día Internacional de las Mujeres:
“Por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género“
Somos la mitad de la población mundial y tenemos derecho a la mitad de todo. A la mitad de vuestro tiempo libre, que nos robáis cargándonos con vuestra higiene y cuidados. A la mitad de la representación política, histórica, académica… A que la ciencia médica y farmacológica sepa tanto de nuestra sexualidad como de la vuestra. A que el lenguaje nos nombre, porque lo que no se nombra, no existe. ¿Un ejemplo? el mapa del clítoris no se publicó hasta 1992 y hasta 1993 el término oficial para designarnos en España no era “mujer”, sino “hembra”…
Varón y hembra los creó, decía la Biblia entonces, y vosotras,  ahora, diciendo “varón” como si la palabra molase, cuando es el patriarcado hecho verbo.
Nuestras hermanas latinoamericanas, que también han sufrido dictaduras, pero no de 40 años, y han sufrido a la Iglesia Católica, pero no dos mil años, y monarquía, la nuestra, pero por suerte ya se la quitaron de encima… Más ágiles, más sabias, más diversas de lo que a nosotras nos han dejado ser nunca, lo han visto claro desde hace ya unos años:
NO SOMOS “LA MUJER”, SOMOS LAS MUJERES. VOSOTROS CREÁIS LAS GUERRAS, NOSOTRAS, LAS REVOLUCIONES.
El 8 de marzo nació rojo, lo quieren teñir de rosa y será violeta para siempre.
“Cuidado con las mujeres cuando se sienten asqueadas de todo lo que las rodea y se sublevan contra el mundo viejo. En ese día nacerá el mundo nuevo.“
Louise Michel