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domingo, 18 de abril de 2010

Aquí va la mía (Ninguna agresión sin respuesta)

Hoy me he enterado, por el artículo de la Etxebarría en EPS, que la Sexta emitió una agresión sexual en un programa. Que lo hiciera el 8 de marzo, supongo que es la forma de Emilio Aragón de rendir homenaje a las mujeres.

Llevo un mes y medio sin tele por el famoso apagón analógico y he de deciros que, una vez superado el síndrome de abstinencia que, para mi sorpresa, sufrí durante cerca de una semana, no la echo de menos en absoluto. Por supuesto, lo he buscado en el Tube, y sí: es una agresión sexual en toda regla. Y lo peor es que aparece roedeada del cachondeo y la trivialización que sigue acompañando a este tipo de delitos en este país.

He contemplado anonadada primero y furiosa después, como dos tíos inmovilizan y humillan de varias formas a una chica, por ejemplo, restregándole sus míseras pililas por cara y cuerpo... y cuando por fín el supuesto "adulto responsable" de los menores aparece, a ellos no les dice ni media palabra, pero a ella la manda a lavarse de malas maneras, reprochándole que ¡ha sido culpa suya!

Que mucha gente siga opinando que si a una mujer le faltan al respeto es porque no se hace respetar, adquiere su verdadera dimensión de disparate si hacemos un razonamiento análogo con cualquier otra agresión basada en la preponderancia de un colectivo sobre otro:

La culpa fue de los judíos, por provocar a los nazis y no quedarse en el gueto.
La culpa fue de los negros, por querer los mismo derechos que los blancos.
La culpa fue de los pobres, por querer comer.

La culpa es de las mujeres, que van provocando.

El hecho de que lo asevere alguien en público, con la amplificación que le confiere una plataforma como la televisión, espeluzna.

Me parece execrable, y espero que imputable penalmente. Espero que alguna fiscal actúe de oficio, aunque no confío demasiado en que nadie se atreva.

Al fín y al cabo, Emilio Aragón cuenta con las bendiciones apostólicas del PSOE, y la opinión pública, con la intelligentsia oficial a la cabeza, está ahora muy ocupada en alabar su película a grandes voces.

Tengo entendido, porque aunque quería verla ya no la veré, que va de un grupo de cómicos nadando entre dos aguas.
De eso tiene que saber bastante alguien cuya família se las arregló para triunfar y enriquecerse paseando a sus anchas por algunos de los gobiernos más sangrientos del siglo XX (Franco, Batista, Perón...)

Sr. Milikito:

Llevaba ya tiempo mosqueada por el estereotipo de mujer que su cadena transmite a la sociedad:
Una mujer ñoña, falsamente ingenua y puerilizada, en la que prima la belleza y el talento se disfraza para que no resulte agresivo a los hombres.

Y sin embargo, no creía que su desprecio por las mujeres llegase tan lejos como para hacer de su humillación pura un espectáculo.

Estoy hasta las tetas de que se pueda ser progre y machista. Es como ser pacifista y skin-head.

Algo no cuadra.