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viernes, 19 de septiembre de 2008

Cuando pequeñas, mi hermana y yo, más ella que yo, recogíamos recortes de periódico que nos llamaban la atención.
Recuerdo uno sobre un señor gallego que había muerto aplastado por una roca de varias toneladas que se había desprendido, presuntamente, a causa de los movimientos que el pobre hombre realizaba al beneficiarse una gallina. Acompañábase el breve de una foto ilustrativa del suceso: Inmortalizado el señor, rubiacho y bigotudo, con los pantalones a media pierna y la cara de medio lado, sujetando a la gallina, rubia también, de la forma que Vds. podrán imaginar. La piedra chafaba al hombre, que espachurraba a la gallina contra la pared de enfrente...
Mi hermana llevó el recorte en la cartera durante años.

Había, no obstante, otra cosa que nos encantaba. Leer los anuncios por palabras. Y en muchos de ellos encontrábamos una frase que, mitad advertencia, mitad amenaza, se nos antojaba un indicio de la crueldad que regía el mundo de los adultos:

ABSTENERSE MEDIANÍAS.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, alegrome de verte por aqui,me hace ilusion que exista un sitio donde leerte, un principio inmejorable, ahora que has tirado la piedra no seas mala y no cultives la ansiedad ajena, dame un poquito mas, agasajanos, tennos en cuenta, en fin ¡actualiza!

Clovis dijo...

Esa malicia intonsa de las niñitas es mayor que esa otra con que los adultos se defienden de la vida. Puedo imaginármelas perfectamente, en la semipenumbra improvisada entre la pared y el respaldo protector de un sofá, armadas con tijeras, las trenzas caedizas, ciertas rasgaduras púrpura en las rodillas y la punta de la lengua dibujando un arco rosado.

Yo también recuerdo aquella imagen, una viñeta que de puro slapstick tenía algo de ingenuo, de ilustración infantil para alertar a los niños sobre la bondad de los animales.

Por cierto, me ha gustado la entrada, ¡queremos más!

La Reina de la Entropía dijo...

Millana! Clovis! Cuanto de bueno por aquí!

En efecto, Clovis, estábamos abonadas a la mercromina, pero no llevábamos trenzas. Yo me las corté a los 11 y mi hermana mucho antes.
Millana. Me reconocerás en la 2ª entrada, aunque sea mucho más visceral.

Vale.

Animal dijo...

Burp!
Como sabrás (o sabrías o supieses si leyeses mis correos), siempre me ha intrigado mucho más esa otra coletilla "no importa pequeño defecto físico".